Comprar un coche nuevo se ha convertido en una carrera de obstáculos. Ya no basta elegir modelo y color. Las etiquetas de la DGT (más información en este enlace), con las ventajas que ofrecen a los modelos híbridos, las diferencias entre los híbridos ligeros, los convencionales y los enchufables, la aparición de los coches de gas como alternativa a los diésel y gasolina (comparativa en vídeo entre coches híbridos, de gasolina, diésel, de GLP y eléctricos) y la llegada de las zonas de bajas emisiones en los centros de las grandes ciudades (más información en este enlace) han comportado que decidirse por un coche nuevo sea muy complicado y deban valorarse numerosas posibilidades.
En este vídeo os damos algunas de las claves para ello. Os explicamos las diferentes tipologías de modelos híbridos existentes, qué ventajas tienen y qué etiquetas les corresponden para que podáis decidir la compra de un coche nuevo, sobre todo si se trata de un híbrido, con conocimiento de causa.
Lo primero, y antes de entrar en materia, una consideración. El impuesto de matriculación que se paga al comprar el coche y que varía en función de las emisiones y la media que deben conseguir los fabricantes para evitar las multas de la Unión Europea se refieren siempre a las emisiones de CO2. En cambio, las etiquetas medioambientales de la DGT se rigen, en el caso de las etiquetas B y C, por el cumplimiento de las normativas anticontaminación europeas (más información en este enlace) que no tienen en cuenta el dióxido de carbono o CO2, sino otros gases y elementos nocivos como los óxidos de nitrógeno, el monóxido de carbono, CO, o las partículas. Las etiquetas Eco y Cero, por su parte, se otorgan según la tipología de vehículo y sin relación tampoco con el CO2. La etiqueta eco se da a los modelos considerados como híbridos y a los de gas, mientras que la etiqueta cero la obtienen los modelos híbridos enchufables y los eléctricos puros.
¿Qué tipologías de híbridos existen?
Actualmente están a la venta coches de gasolina, diésel, de gasolina con GLP, Gas licuado de petróleo, de gasolina con CNG, gas natural comprimido, y cuatro tipos de vehículos electrificados; los micro-híbridos de gasolina o diésel, llamados Mild Hybrid, los Híbridos convencionales, todos con motor de gasolina, los híbridos enchufables, la mayoría con motor de gasolina salvo un par de Mercedes diésel. En el video que podéis ver justo aquí debajo comparamos el precio de uso de un coche de gasolina, uno diésel, uno híbrido, uno híbrido enchufable, uno de GLP y otro eléctrico.
Los primeros son los Mild Hybrid o micro-híbridos conocidos con las siglas MHEV (Mild Hybrid Electric Vehicle). De eléctricos no tienen casi nada. Montan un pequeño motor eléctrico situado a la salida del cambio, que se alimenta de una batería de voltaje inferior a 60 voltios y que añade una pequeña dosis de potencia extra al acelerar, suaviza el arranque, permite que el sistema start-stop apague el motor por debajo de una velocidad muy baja y, sobre todo, consigue un pequeño ahorro en consumo y emisiones. ¿Puede este motor eléctrico mover el coche desde parado sin el apoyo del motor de gasolina? La respuesta es NO.
Hay quién sostiene que es injusto que estos coches tengan etiqueta eco y que es increíble que modelos superdeportivos o grandes SUV diésel y gasolina merezcan esa etiqueta cuando sus emisiones de CO2 superan ampliamente los 200 e incluso los 300 gramos por kilómetro. También se comenta que esta es una triquiñuela técnica, por supuesto legal, de las marcas para conseguir la etiqueta eco. No es cierto.
La etiqueta Eco solo existe como tal en España y la micro-hibridación no es una respuesta a ella, sino un estrategia más de las marcas en su intento de reducir sus emisiones medias, sobre todo en los modelos más grandes y está al mismo nivel que la inyección directa, el common rail o el start-stop, sistemas, todos ellos que permiten arañar unas décimas de consumo y, por consiguiente, de emisiones de CO2 y, de este modo, acercar a los constructores al cumplimiento de la obligación de reducir la media de emisiones de los coches vendidos por debajo de los 95 gramos ya que, de lo contrario, se enfrentan a multas muy cuantiosas. En el vídeo que viene a continuación comparamos modelos híbridos y microhíbrido en ciudad, con clara ventaja para los primeros.
La DGT los considera híbridos
El problema es que, alguien, en España (en concreto en la DGT) consideró que estos coches, los Mild Hybrid, son híbridos y que, al tratarse de modelos híbridos, merecían la etiqueta Eco. En nuestra opinión es una mala decisión. Estos coches no son ecológicos. Son coches con un sistema electrificado que rebaja ligeramente su consumo pero que consumen y que emiten más, mucho más que muchos otros modelos, de tamaño inferior, gasolina o diésel, que no tienen este sistema y, por este motivo, no tienen etiqueta Eco.
En el mismo caso se encuentran los coches de GLP y de GNC, los coches de gas, que también tienen la etiqueta cuando son coches que funcionan con combustibles fósiles. Es cierto que emiten un poco menos que sus homólogos de gasolina y, en algunos casos, que los diésel, pero no son coches ecológicos por más que se nos presenten como tales. Si la idea de la DGT era darles la etiqueta Eco para incentivar sus ventas, podremos estar o no de acuerdo, pero, al menos, existe un motivo que en el caso de los micro-híbridos no es tal. En el vídeo que podéis ver a continuación vemos la diferencia de precio existente entre circular con un mismo coche en gasolina y en GLP usando para ello un Ssangyong Tivoli.
Los híbridos convencionales o HEV por Hybrid Electric Vehicle, sin la M de Mild. Son los híbridos de toda la vida, los Toyota, los Lexus, los Hyundai, los Kia, los Renault, los nuevos Subaru.... Estos modelos tienen un motor eléctrico y una batería que supera los 60 voltios. ¿Puede su motor eléctrico impulsar el coche en solitario desde parado? Sí, si puede. Durante muy poco tiempo, unos 2 o 3 kilómetros en el mejor de los casos, y a una velocidad baja (no superior a los 50 km/h.) pero puede. Su batería se recarga en las frenadas y las desaceleraciones, de ahí que algunas marcas se refieran a estos modelos como autorrecargables, un término hasta cierto punto engañoso puesto que si bien es cierto que es el propio uso del coche el que recarga la batería, el usuario no puede tomar ninguna decisión al respecto.
En estos coches, el motor eléctrico mueve el vehículo en situaciones concretas como por ejemplo, para entrar y salir del parking, en los atascos a baja velocidad o en autopista cuando, por ejemplo, vamos a 120 y el terreno es llano o en ligero descenso. En estos casos, el sistema apaga el motor de gasolina y usa el eléctrico ya que la demanda de energía es baja. Además, el motor eléctrico se suma al térmico en procesos de aceleración como, por ejemplo, un adelantamiento o un repecho. ¿Merecen estos coches la etiqueta Eco? Evidentemente, estos híbridos emiten menos CO2 que un coche de gasolina equivalente de su misma potencia y, sobre todo en ciudad, usan el motor eléctrico para moverse en bastantes ocasiones (algunos más que otros).
Los híbridos enchufables
El tercer tipo de vehículos electrificados es el de los Híbridos enchufables conocidos con las siglas PHEV por Plug-in Hybrid Electric Vehicle. Se diferencian de los híbridos normales por tener enchufe pero, también por disponer de un motor más potente y de una batería más grande, aunque sin llegar en ningún caso a igualarse con los eléctricos puros. ¿Pueden estos coches moverse solo con el motor eléctrico? Sí. Hasta una velocidad de unos 120 km/h. y durante unos 40 o 50 km dependiendo del modelo y del tipo de vía. En ciudad alcanzan una autonomía superior que en autopista, por ejemplo.
La mayoría de modelos híbridos enchufables son de marcas premium: BMW, Mercedes, que es la única que ofrece algunos modelos con motor diésel, Porsche, Land Rover, pero también los hay en marcas generalistas como Hyundai, Kia, Mitsubishi, Volkswagen, Renault, Peugeot, Ford o Seat. Es un tipo de modelos que va a más porque tienen un doble uso muy interesante. En los recorridos urbanos cortos, en el día a día, funcionan en modo eléctrico mientras que en carretera se comportan como un híbrido convencional, con el motor eléctrico complementando o sustituyendo al térmico y la batería recargándose bien en las frenadas, bien por la acción del propio motor de gasolina.
En la comparativa en vídeo que sigue, comparamos dos modelos de SUV híbridos convencionales HEV (Honda CR-V y Toyota RAV-4) con uno enchufable PHEV (Mitsubishi Outlander) y explicamos las diferencias entre ellos.
¿Deben estos coches tener la etiqueta Cero que les adjudica la DGT? En nuestra opinión sí, porque son capaces de moverse en ciudad en modo cero emisiones y no hay que olvidar que las zonas de bajas emisiones están y estarán en las ciudades y que es allí donde se aplica esta legislación. Y estos coches la cumplen. La cumplen siempre y cuando, claro está, sus propietarios así lo quieran ya que dependen de que la batería se recargue en casa. El problema es que hay usuarios que los compran por la etiqueta cero y sus ventajas, pero luego no los recargan.
Y finalmente quedan los eléctricos puros. Estos no tienen secreto. Son coches con batería y motor eléctrico que, por lo tanto, hay que cargarlos para poder circular con ellos. No generan ningún tipo de emisiones en el uso y, por lo tanto, merecen la etiqueta cero que tienen asignada. En el vídeo siguiente probamos diferentes coches eléctricos para comprobar su autonomía real.
Así las cosas, la gran pregunta es: ¿bueno, y entonces, qué me compro?. Pues, a día de hoy, mes de marzo de 2023, lo que queráis. Cualquier coche actual puede, en estos momentos, entrar en todas las zonas de bajas emisiones ya que cumple con la normativa comunitaria. Cierto que los Eco y los Cero tienen algunos beneficios y resultan más interesantes, sobre todo en ciudades donde ya existen restricciones y en aquellas que las implementarán, de manera obligatoria en el futuro, pero los coches nuevos no deberían tener problemas, al menos a medio plazo.
Para los que hagan muchos kilómetros, un diésel, porque gastan menos o uno de GLP que ahora mismo es el combustible más barato. Para los que hagan mucha ciudad, un híbrido o un eléctrico, este último alquilado, es la mejor solución y para los que alternen ciudad entre semana y salidas en finde, el híbrido enchufable, si el presupuesto lo permite, es la solución ideal.
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