Polivalencia familiar
Con la llegada del Kadjar, Renault se abre hueco en uno de los segmentos de mayor crecimiento en Europa como es el de los SUV de tamaño medio. Se trata de un modelo que, pese a tener mucho en común con el Nissan Qashqai, tiene un carácter diferenciado gracias al trabajo de la marca del rombo en materia de diseño. Por otra parte, el todocamino de Renault cuenta con un habitáculo muy espacioso y práctico, con un completo equipamiento de serie, sobre todo en esta versión Zen, que es la más exclusiva de la gama.
La alternativa probada está movida por el motor dCi de 130 CV y, sin tener en cuenta los opcionales, el precio de esta unidad es de 30.800 euros, que se convierten en 33.638 si se suman los extras. Sin embargo, esta cifra se ajusta hasta los 32.037 euros gracias a los descuentos que ofrece la marca actualmente. Se trata de un desembolso bastante equilibrado, sobre todo teniendo en cuenta que esta versión cuenta con tracción a las cuatro ruedas. El escaparate de rivales del Kadjar es amplio e incluye modelos como el Ford Kuga, el Kia Sportage, el Nissan Qashqai o el Hyundai Tucson.
Personalidad propia
El Kadjar tiene una longitud de 4,45 metros y una anchura de 1,84 m, mientras que su altura es de 1,60 m. Si bien está basado en la misma plataforma que el Nissan Qashqai y ambos comparten algunas similitudes formales, lo cierto es que los diseñadores de la firma francesa le han otorgado a su modelo una apariencia que lo hace plenamente reconocible. Contra gustos no hay nada escrito, y en términos estéticos aún menos, pero a mi juicio la alternativa de Renault tiene una línea más elaborada y atractiva que su “primo” japonés.
El frontal se inspira en el de los modelos más recientes de la marca francesa, con el logotipo del rombo de un tamaño considerable, ocupando un lugar destacado. Gracias a la prolongación hacia el exterior de las líneas cromadas que enmarcan la parrilla se realza su anchura visual. Por su parte, la forma achatada de sus ópticas le genera una mirada afilada, con un cierto aporte de agresividad.
La imagen de robustez que transmite el vehículo se obtiene mediante rasgos de diseño como los pasos de rueda sobredimensionados o los atléticos moldeados que se aprecian en los laterales. En esta zona del Kadjar, las barras del techo se encargan de incrementar el dinamismo de su silueta. Los protectores inferiores le aportan un toque aventurero a su aspecto y recuerdan que se trata de un SUV capaz de realizar escapadas fuera de asfalto. El color de la carrocería de esta unidad, denominado Rojo Deseo, es opcional (707 euros).
Espacioso y muy bien equipado
El interior del Kadjar tiene mucho de vehículo de inspiración familiar, pues se trata de un habitáculo amplio, versátil y confortable. En primer lugar cabe señalar el puesto de conducción, que se distingue por su generoso espacio y su comodidad, a lo que se añade una muy buena sujeción lateral del torso durante la conducción. Hay que destacar el panel de instrumentos, que integra un velocímetro y un cuentavueltas digitales que muestran la información de forma muy sencilla y visual.
El tablero se caracteriza por estar bastante simplificado, con un diseño más bien sobrio y en el que la pantalla multimedia de 7 pulgadas del sistema R-Link2, de serie en este acabado Zen, es la gran protagonista. A la izquierda del asiento del acompañante hay que subrayar la presencia de un agarradero que puede resultar útil en algunas circunstancias. En lo que respecta a la segunda fila, ésta ofrece un espacio considerable para dos adultos, con una buena amplitud para las rodillas. La plaza central no es tan cómoda como las laterales. Dado el carácter familiar del vehículo, se agradecería que esta fila permitiera desplazamiento longitudinal, lo que haría posible ganar espacio para las piernas de los ocupantes o para el maletero.
En cualquier caso, las posibilidades a la hora de alojar el equipaje son importantes, puesto que cuenta con 472 litros, una cantidad que es de 527 incluyendo el doble fondo y que crece hasta los 1.478 litros si se abaten los respaldos posteriores. Esta operación es realmente fácil desde la zona del maletero usando unos prácticos tiradores.
En lo que respecta al equipamiento de serie, esta unidad pertenece a la terminación Zen, la más exclusiva de la gama, y está muy bien dotada. Incluye volante de cuero multifunción, alerta por cambio involuntario de carril, alerta de exceso velocidad con reconocimiento de señales de tráfico y regulador-limitador de velocidad. También incorpora sensores de lluvia y de luces, función de cambio automático entre luces cortas y largas, climatizador automático bi-zona, faros antiniebla, iluminación diurna de tipo LED, navegador con cartografía europea, retrovisores abatibles eléctricamente, sensores de aparcamiento delantero y trasero y sistema de control de presión de los neumáticos.
Opcionalmente, el Kadjar probado equipa el Pack Visión (676 euros), que integra un amplio techo fijo panorámico y retrovisor interior electrocromado. Además, dispone de tapicería de cuero oscuro (1.351 euros) y del Pack Asientos (104 euros), con asientos delanteros calefactables y unos reposacabezas más confortables.
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Buen rendimiento
Para esta prueba, el propulsor escogido ha sido el 1.6 dCi en su versión más potente, es decir, la de 130 CV. Se trata de un motor con un buen rendimiento en líneas generales. Cuenta con un par motor máximo de 320 Nm a 1.750 rpm y, si bien su respuesta a bajas revoluciones no es demasiado impetuosa, en cuanto pasamos de las 2.000 vueltas su comportamiento es realmente enérgico y capaz de mover el vehículo con soltura.
Las prestaciones de esta versión 4x4 son ligeramente inferiores a la variante de dos ruedas motrices. Si bien ambas cuentan con una velocidad máxima de 190 km/h, el Kadjar con tracción total necesita 10,5 segundos en completar el 0 a 100 km/h por los 9,9 segundos del 4x2. En todo caso, se trata de unas buenas cifras que demuestran las cualidades del propulsor diésel.
El motor va engranado a un cambio manual de seis velocidades bastante equilibrado en cuanto a sus desarrollos y de tacto suave. Su sexta relación, más larga, está pensada para obtener el mejor registro de consumo posible. En este sentido, aunque la media homologada por Renault es de 4,8 litros cada 100 km, el valor obtenido tras la prueba fue de 6,4 litros. No obstante, no se trata ni mucho menos de un consumo elevado teniendo en cuenta que, además de ciudad, carreteras de montaña y autopista, el recorrido también incluyó pistas de tierra.
Cómodo compañero de viaje
En términos dinámicos, el todocamino francés destaca, sobre todo, por su gran confort de marcha al rodar por autopista. Es así como demuestra su carácter eminentemente familiar que lo convierte en un excelente compañero de viaje. Se muestra muy aplomado en todo momento y registra una destacable calidad de rodadura. Cuando llega el momento de introducirse por carreteras reviradas, el Kadjar es razonablemente ágil, si bien al aumentar el ritmo aparecen algunos balanceos de la carrocería.
Ello es fruto, en parte, de una suspensión de tarado más bien blando y de los más de 1.500 kilos de peso del vehículo. Por su parte, la dirección se caracteriza por su precisión y por ser bastante directa, aunque estaría bien que lo fuera un poco más para transmitir una mayor agilidad. El equipo de frenos del SUV de Renault responde realmente bien tanto ante las detenciones repentinas e intensas como ante el uso continuado, por ejemplo, al descender un puerto de montaña.
Como comentaba anteriormente, esta versión probada cuenta con tracción a las cuatro ruedas gracias a un sistema que dispone de tres modos. El primero es el 2WD, donde la tracción se envía a las ruedas delanteras. El siguiente es el modo Auto, en el cual el reparto de la fuerza entre los dos ejes se produce de forma automática según las circunstancias y la adherencia. Mientras tanto, si se inserta , el modo Lock la mitad de la fuerza se envía a cada uno de los ejes. Ésta última alternativa, que permanece activa hasta una velocidad de 40 km/h, es ideal para zonas de grava o nieve y ofrece una excelente motricidad.
Gracias al sistema de tracción total y a una distancia al suelo de 20 cm, el Kadjar ofrece unos notables resultados por pistas sencillas o zonas de adherencia limitada. Eso sí, no hay que pasar por alto que no se trata de un todoterreno capaz de franquear obstáculos complejos.
Conclusión
En definitiva, el Renault Kadjar dCi de 130 CV Zen es una alternativa muy a tener en cuenta para los conductores que busquen un automóvil cómodo, espacioso, bien equipado y con unas posibilidades que van más allá del asfalto. Y es que, si bien supone un leve incremento en el consumo, el sistema de tracción es una garantía de motricidad. Además, el vehículo se desenvuelve de forma adecuada gracias al motor diésel, sobre todo cuando éste supera el medio régimen.
cochazo, superestable, rápido, dinamico y alto. Y ligero, con salpicadero cuasi primium y motorazo diesel todo fap. Una estupenda compra.
#154...léete el --NO NOS HA GUSTADO--