El low-cost de los coches low-cost
(Vídeo - Coches low-cost: Dacia Sandero y Tata Vista)
En plena fiebre de ventas de los vehículos denominados “low-cost” -caprichos de esta crisis galopante-, podemos considerar al Tata Vista como la opción número uno para quienes busquen utilitario nuevo al mejor precio. De hecho, estamos ante el automóvil con la tarifa más baja del mercado: sólo 6.960 euros. Una cantidad que se verá reducida a sólo 5.700 euros para quienes puedan acogerse al plan PIMA Aire (por desgracia, el Tata no entra en la lista de vehículos incluidos en el PIVE).
El precio es, sin duda, el principal atractivo del Tata Vista, más aún si lo comparamos con sus rivales más cercanos según tarifa: sólo el Dacia Sandero Base de 75 CV -con mayores dimensiones pero mínimo equipamiento- se le acerca, con un precio de 7.900
Nos sorprenderá conocer el completo equipamiento de serie del Tata Vista.
euros (PIVE no incluído). Otros coches de segmento A resultan más costosos: un Seat Mii 75 CV cuesta 10.258 euros, un Nissan Micra de 80 CV sale por 11.450 euros, mientras que el Chevrolet Spark de 81 CV tiene un precio de partida de 11.300 euros.
Pero no pensemos que un coche tan barato prescindirá incluso del equipamiento más básico. Muy al contrario: nos sorprenderá saber que el Tata Vista incluye de serie elementos como el aire acondicionado, cuatro elevalunas eléctricos, cierre centralizado con mando a distancia, faros antiniebla y rueda de repuesto de tamaño completo. También incorpora un radio-CD MP3 con lector USB instalado en un alojamiento DIN -detalle que llevábamos tiempo sin ver en un vehículo de nueva factura-. Su equipamiento opcional se reduce solamente a las llantas de aleación (495 euros) y la pintura metalizada (236 euros).
Un utilitario no tan pequeño
El Tata Vista tiene alma de segmento A pero se viste con una carrocería que le acerca bastante al grupo de utilitarios compactos. Sus 3,80 m de longitud lo dejan a medio camino entre los Ford Ka, Hyundai i10, Fiat Panda, Volkswagen Up! y Kia Picanto, y los algo mayores Mazda2, Dacia Sandero, Seat Ibiza y Peugeot 208.
Estéticamente quizás no sea el más agraciado de entre todos ellos, con un diseño exterior alejado de las modas europeas, pero el dibujo de sus ópticas le confieren un aspecto simpático. Los faros delanteros recuerdan lejanamente a los del Chevrolet Spark; mientras que los pilotos traseros, situados en vertical y acompañando todo el portón trasero, evocan a los del antiguo Ford Focus Sportbreak.
El interior del Vista luce un aspecto agradable, a la altura de otros utilitarios pequeños. El salpicadero, de diseño sencillo, presenta el cuadro de indicadores en posición central -una moda a la que no todavía no he encontrado ventajas-, de difícil lectura no sólo por su lejanía sino también por no estar orientado al conductor. Casi todos los plásticos empleados en el interior son duros, y el ajuste de las piezas se nota un tanto pobre. Quizás sea aquí donde más se nota el hecho de que Tata fabrica el Vista en la India para todo el mundo.
Algo parecido sucede con los asientos, también muy sencillos y con una calidad de fabricación francamente mejorable. No ofrecen regulación en altura, pero sí ajuste lumbar; e incluso el del acompañante dispone de un cajón portaobjetos en su parte inferior.
Cuesta al principio encontrar una postura cómoda, en parte porque el volante carece de regulación en profundidad; tampoco ayuda, sobre todo en carretera, la ausencia de un reposapiés. La posición de conducción es elevada y erguida, más propia de un monovolumen. Esta configuración, no especialmente confortable para largos viajes, compensa al ofrecer más espacio para las plazas traseras.
Precisamente, uno de los puntos fuertes del Vista es su habitabilidad. Hay sitio de sobra para conductor y acompañante. Otros dos adultos pueden viajar atrás sin apreturas, dado que hay suficiente espacio libre para cabeza y rodillas. Como en tantos vehículos de esta categoría -y superiores-, la plaza trasera central está reservada a un uso poco frecuente por resultar estrecha y poco mullida.
El maletero ofrece unos aceptables 232 litros de capacidad, aunque sus formas irregulares y una boca de carga un tanto elevada penalizan su utilidad. A cambio, los asientos de la fila traseras son abatibles de forma asimétrica, algo que aporta mucha flexibilidad a sus posibilidades de carga. Lástima que los respaldos plegados formen un notable escalón respecto del fondo del maletero.
La visibilidad es muy buena desde casi todos los ángulos, gracias a la generosa superficie acristalada. Sólo suspende la visión hacia atrás, ya que el techo cae bastante al final, invadiendo parte del espacio que debería pertenecer a la luneta posterior. Los retrovisores exteriores, de forma cuadrada y generoso tamaño, tienen el inconveniente de que sus cristales carecen de curvatura; así que tendremos que desplazar la cabeza para asegurarnos antes de cambiar de carril.
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Voluntarioso y cumplidor
A la hora de ponernos en marcha, lo primero que nos llama la atención es el tacto extraño y duro de la dirección con el vehículo parado, problema que se mitiga al ganar velocidad para mostrarse precisa y agradable. Más irritante resulta el pedal del embrague, cuyo escaso recorrido útil provoca bastantes errores hasta que uno se acostumbra.
Aunque la marca india ha anunciado en el Salón de Ginebra la próxima incorporación de un propulsor diésel de 90 CV y origen Fiat, por el momento el único motor disponible es un 1.4 de gasolina, también con licencia italiana. Este cuatro cilindros atmosférico y con inyección multipunto es capaz de entregar 75 CV de potencia máxima a 6.000 vueltas y 114 Nm de par a 3.250 rpm.
Si con estas cifras no podemos esperar prestaciones de infarto (de 0 a 100 km/h en 16 segundos y velocidad máxima de 170 km/h) al menos sí son suficientes para el uso diario, sobre todo si no pretendemos viajar a menudo. El mayor problema de este motor, aparte de una limitada potencia, está en que proporciona unas recuperaciones po
Uno de los turismos de baja potencia con los que más nos hemos divertido.
bres. Tendremos que jugar a menudo con el cambio para sacarle partido; aunque por fortuna la caja de cinco velocidades, rápida y eficaz, viene a ser uno de los mejores apartados de este coche. Por todas estas razones, resulta difícil hacer que su consumo medio baje de los 7,5 litros cada 100 kilómetros (el oficial es 5,9 l/100 km).
Las suspensiones son blandas, muy cómodas, sobre todo en terrenos irregulares. Y no es casualidad ya que, como decíamos, se trata de un vehículo fabricado con destino a diferentes mercados, entre los que hay países cuyas carreteras no cumplen los estándares europeos precisamente. La mayor consecuencia de equipar estas suspensiones de largo recorrido es su menor eficacia a altas velocidades. Tampoco invitan a conducir muy deprisa unas ruedas de pequeño diámetro con llantas de 14 pulgadas y un ancho de neumáticos de 175 mm.
El Tata Vista ofrece un sistema de control de frenada con ABS acompañado de EBD (distribución electrónica de la fuerza de frenado). Por mucho que las ruedas traseras presenten frenos de tambor, lo cierto es que la capacidad de detención es más que digna y suficientemente eficaz. Lo que no es de recibo es que el Vista no disponga de controles de tracción o estabilidad; el ESP no está disponible ni siquiera como opción.
Pese a todo lo mencionado, -¿o quizás gracias a ello?- es uno de los turismos de baja potencia con los que más nos hemos divertido en carreteras de montaña. En cualquier caso, mejor será tomarse los desplazamientos extraurbanos como tranquilas excursiones, ya que la carrocería tiende a balancearse más de lo asumible por nuestros pasajeros...
En este coche, la velocidad de crucero más recomendable ronda los 110 km/h. Más allá, se dejan notar las mencionadas carencias del sistema de suspensiones (no cuesta hacer que el coche flanee), así como una aerodinámica poco favorable, que se ve afectada no sólo por la velocidad sino también por los vientos cruzados. Tampoco es agradable ir deprisa por la escasa insonorización del habitáculo. Aunque al ralentí el motor casi parece estar detenido, a medida que ganamos velocidad el ruido del motor se hace notar bastante.
Por último, otorgamos una buena calificación al sistema de alumbrado, cuyos faros halógenos dan mejor servicio que el de muchos otros automóviles de segmentos superiores y precios muchísimo más elevados.
Un coche práctico para la vida real
Hace pocos días charlaba con el jefe de pruebas de Coches.net, Joan Dalmau, acerca del público al que se dirige el Tata Vista. Mientras quien aquí escribe sugería el caso de personas jóvenes con el carnet recién sacado del horno, o quizás familias que buscan un segundo coche para ir al trabajo, Dalmau apostilló: “o también personas mayores que buscan
Ideal para quienes buscan algo tan simple como un coche que les lleve y les traiga.
algo tan sencillo como un coche que les lleve y les traiga; ni más ni menos”. Y es que el Tata Vista, minúsculo en precio, puede ser considerado un utilitario mayúsculo si le pedimos, precisa y simplemente, utilidad.
Esta conclusión no difiere de la que en Coches.net extrajimos durante nuestra prueba del Dacia Sandero, coche que Joan Dalmau calificaba como “un excelente electrodoméstico con ruedas para todos aquellos que necesiten simplemente un turismo para trasladarse del punto A al punto B en ciudad y hagan pocos kilómetros”. Para resumir las cualidades del Tata Vista, sólo puedo suscribir sus palabras aplicándoles la escala que corresponde a un vehículo más pequeño, más modesto y más barato. Porque, al fin y al cabo, este viene a ser el coche low-cost entre los utilitarios low-cost.
Joder un coche de ocasión con todo lo que trae el visa ,dices que cuesta de 1.000 a 1.500 euros ,pero que dices ,por ese precio solo encuentras , desechos en los desguaces .