Cerca del 70% de los coches que se venden están propulsados por motores diésel
En España casi el 70% de los coches que se venden están propulsados por motores diésel, un 29% por propulsores de gasolina y solo un 1,8 por ciento son modelos híbridos o eléctricos. Pero, ¿siempre compensa un diésel?
Los motores diésel han mejorado mucho en los últimos años. Cada vez son menos ruidosos y ofrecen mejores prestaciones. A esto se une que consumen menos que un gasolina –aunque empiezan a aparecer motores de gasolina con consumos reducidos-, el combustible es algo más barato y que su depreciación es menor. En contra tienen que son entre 1.500 y 2.000 euros más caros y su coste de mantenimiento también es más alto por lo que no siempre compensan. Por lo general deben recorrerse un mínimo de 15.000 kilómetros al año para amortizar un diésel. También puede compensar más cuanto más grande y pesado sea el coche ya que a mayor tamaño, mayor consumo. En cambio si el coche lo vas a utilizar principalmente en ciudad y para trayectos cortos te resultará más interesante comprar un gasolina.
Pero además de la gasolina y el diésel, hoy en día encontramos cada vez más oferta en el mercado de vehículos híbridos y eléctricos, sobre todo en modelos de gran tamaño, que son los que más consumen. Los híbridos son coches que combinan un motor convencional –normalmente de gasolina aunque también diésel- con otro eléctrico. Estos vehículos son la mejor opción para trayectos esencialmente urbanos que es cuando entra en funcionamiento el modo eléctrico, también su mantenimiento es menor por su bajo número de componentes mecánicos.
Pero aún es más barato de mantener el vehículo eléctrico, además, si lo recargamos por la noche su coste es de unos 1,5 euros/100 km frente a una media de 6 euros/100 km de un vehículo de combustión tradicional. Aún así su alto precio de adquisición sigue sin ser rentable a lo que hay que sumar su aún limitada autonomía y una red de recarga en España muy escasa (no alcanzan los 800 puntos de recarga).
Pero si hay un combustible que se están imponiendo como energía alternativa, ése es el GLP o gas licuado de petróleo. Su coste es un 50% más barato que la gasolina –el litro cuesta unos 0,70 céntimos de euro-, su uso duplica la duración del motor debido a un menor desgaste de sus elementos y su mantenimiento es más económico por la ausencia de componentes mecánicos complejos. El precio de un vehículo propulsado con GLP se encarece entre 1.500 y 2.500 euros sobre uno de gasolina por lo que llegará a amortizarse a los 50.000 kilómetros de vida útil del coche. Como ocurre con los eléctricos, en la actualidad solo podemos repostar GLP en unas 300 estaciones de servicio en toda España. El GLP no puede combinarse con un vehículo diésel.
el problema del auto gas es que en las autopistas españolas no hay surtidores de gas porque?