Citroën C4 X: más coche al mismo precio

Citroën presenta la segunda variante de carrocería del C4 fabricado en la planta de Villaverde (Madrid). Se trata del C4 X, un coche que, pese a mantener un cierto aspecto de crossover como su hermano ya existente es, en realidad, un sedán de cuatro puertas. Se lanzará con motores de gasolina, diésel y en una versión eléctrica ë-C4 X desde 22.785 euros.

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Con los pasos de rueda en negro, llantas grandes, protecciones inferiores muy visibles, 15,7 cm de altura libre al suelo y una parte trasera de estilo fastback parece uno más de estos crossovers cupé que tan de moda están últimamente. Pero no, el Citroën C4 X es un sedán a cuyo maletero se accede por una portezuela convencional. El maletero tiene una capacidad de 510 litros, 130 más que en el C4 normal que ofrece 380. Además, puede abatirse la banqueta trasera para ampliar el espacio y tenemos a nuestra disposición una trampilla para objetos largos.

El maletero más grande se consigue por la expeditiva fórmula de alargar el coche. Veamos. Un C4 normal mide 4,36 metros de longitud y tiene una distancia entre ejes de 2,67 metros. El C4 X tiene la misma batalla, pero su longitud es de 4,60 metros, es decir, 24 cm más. Estos 24 cm van directos al voladizo trasero y, en consecuencia, al maletero y de ahí su mayor capacidad. Además, esta longitud de 4,60 metros le permite ocupar el espacio existente entre el C4 y el C5 X que mide 4,80 metros.

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Y ahora viene la pregunta que posiblemente todos os estéis haciendo ¿por qué Citroën ha hecho un Sedán del segmento C si los sedanes del segmento C han desaparecido casi por completo? Probablemente, esta pregunta tenga dos respuestas. La primera es que, si tuviera cinco puertas y siendo más grande y al mismo precio que el C4, se comería las ventas de este último e incluso podría afectar a las del C5 X. La segunda es que este coche no solo se va a vender en Europa. El norte de África, el Este de Europa, Turquía y Oriente Próximo son mercados donde los sedanes conservan una excelente reputación y donde los clientes aprecian tener un maletero separado del habitáculo y disponer de un coche más grande.

La única manera que existe de identificar el frontal de un C4 X es, yéndose hacia el lateral a ver como sigue el coche porque es absolutamente idéntico al C4. Citroën ha comentado que uno de los posibles mercados de este coche es el de los servicios de transporte de pasajeros, desde taxistas a empresas tipo Uber, pero… no hay ningún C4 X susceptible de tener la etiqueta Eco, salvo, evidentemente, el ë-C4 X que veremos después. Y es que el C4 X, como su hermano C4 se lanza con solo tres motores de combustión.

Los dos de gasolina son sendas versiones del 1.2 de tres cilindros tan habitual en Stellantis con 100 y 130 CV y el diésel es el 1.5 BlueHdi, también de toda la vida, con 130 CV. Si queréis un C4 X manual tendréis que comprar el de 100 CV, solo disponible en acabado Feel por los citados 22.785 euros ya que los dos motores de 130 CV, tanto el de gasolina como el diésel, que se venden en los acabados Feel Pack y Shine son siempre automáticos con la caja de 8 velocidades que complementa a los motores mencionados. El de gasolina de 130 CV cuesta desde 26.545 euros y el diésel se va a 28.035, en ambos casos en acabado Feel Pack.

En el habitáculo, diseño limpio, acabado correcto, instrumentación con pantallita de 5 pulgadas, algo pobre, pantalla central poco integrada con los mismos menús que encontramos en el C5 X, la palanquita habitual para el cambio automático, mucho negro piano, cargador de móviles y el cajón con un soporte que permite que el acompañante viaje disfrutando de su serie favorita en una tableta. Ah, y los asientos Advanced Confort, con ese doble mullido que nos siguen pareciendo de lo más cómodo.

Detrás la sensación es que este coche tiene más espacio que el C4 normal. No debería, porque la batalla es la misma, pero la sensación de desahogo es superior, tal vez porque el C4 va algo corto de espacio hasta el techo y en el X hay algo más, por la forma del techo, que se prolonga un poco más y no cae de manera tan rápida.

En nuestra primera toma de contacto probamos el motor diésel que mantiene las virtudes habituales. Tiene empuje a bajas revoluciones, estira bien a medio régimen, acelera, recupera y gasta poco, es decir, lo que se espera de estos demonizados motores de gasoil. El cambio es suave y apenas se nota en una conducción normal en los modos Eco normal en los que el coche busca gastar lo menos posible.

Lo que no nos convence del cambio es que, en modo sport y con la tecla M presionada, es decir, en modo manual y cambio mediante las levas, la caja sigue haciendo lo que quiere. Que este tipo de cambios cambie antes de llegar al corte incluso en modo manual es normal, que cuando se acerca al corte y cambia, al cambiar nosotros en el mismo instante meta otra marcha más sin entender que lo que queríamos era cambiar solo una también es normal (hay incluso coches deportivos que lo hacen), pero que en modo sport y con el cambio manual, al dejar de acelerar suba una marcha cuando lo que esperas es que retenga, ni es sport ni es manual.

El C4 se caracteriza por su suspensión blanda (Citroën prefiere llamarla confortable) y la verdad es que confortable es, pero blanda también. En ciudad y en autopista ofrece un confort muy elevado, con los baches desapareciendo como por arte de magia, pero en carretera se nota en exceso que los amortiguadores pretenden que los ocupantes no noten nada y el coche baila un poco más de lo deseado, sobre todo en inclinación en curva y en cabeceo al frenar.

Estos Citroën de nueva generación llevan un sistema de doble amortiguación que, en el primer tramo de la compresión, tienen un notable recorrido para amortiguar muy bien los baches y que, cuando se acercan al límite de compresión, endurecen su respuesta para evitar hacer topes (y que el coche rebote) y para que no se produzcan movimientos muy ostentosos de carrocería.

Lo que busca Citroën es que el coche sea cómodo e insistimos, cómodo es. Tiene, además, una dirección muy asistida, que facilita las maniobras y la conducción en carretera, pero que no transmite mucho, la verdad, y unos frenos que cumplen con su cometido y que son ideales para un coche sin ningún tipo de vocación deportiva que lo que quiere es mimar a sus ocupantes y llevarlos a destino sin que se cansen y con un equipamiento de confort completo para un coche de este precio.

Además de la versión diésel que ya hemos probado y de las de gasolina, el C4 X, como el C4 normal, tendrá también su variante eléctrica, llamada ë-C4 X que lleva el mismo motor que el ë-C4 de modo que no dispone de la segunda generación del sistema eléctrico del grupo, es decir, el que combina un motor de 150 CV en lugar del de 136 y con una batería de 54 kWh de capacidad en lugar de la de 50 que se montaba hasta ahora. No tardarán mucho en cambiarlo (y al ë-C4 también), tal vez solo unas semanas, pero sale inicialmente con el ya existente y cuando esto suceda, la autonomía de 360 Km pasará a ser de 400.

Del mismo modo, tampoco debería tardar mucho otro cambio importante: el del motor de gasolina de 130 CV por el nuevo con hibridación ligera de 48 voltios y, por ende, etiqueta Eco, ya anunciado por Peugeot para sus modelos.

La recarga se puede realizar en cargadores de un máximo de 100 kw de potencia, de modo que se puede recargar hasta del 20 al 80% en 30 minutos. En casa se puede cargar con un enchufe convencional (tardará unas 24 horas) o en un wall box de corriente convencional y 7 kw con recarga en 7 horas y media o trifásico de 11 KW en 5 horas.

Con esta suspensión tan confortable, estos asientos tan mullidos y el silencio de marcha del eléctrico, que conserva esa capacidad de acelerar y recuperar de los motores de este tipo, con su par instantáneo, la verdad es que conducir el ë-C4 X es una gozada. Lástima que, si nos ponemos a 120 sostenidos, cada 200- 250 km deberemos parar a recargar.

Citroën venderá el C4 X en tres acabados. El básico Feel se reserva al motor de 100 CV de gasolina (22.785 euros) y al eléctrico (35.635 euros) mientras que los dos motores de 130 CV, gasolina automático y diésel automático están disponibles en los acabados Feel Pack y Shine y arrancan en 26.545 euros el gasolina y en 28.035 el diésel. El eléctrico también se ofrece con estos dos acabados por 36.745 y 38.085 euros respectivamente.

Bueno, pues si el C4 era un compacto crossoverizado, este C4 X es una berlina crossoverizada, un coche de tres volúmenes de los de toda la vida, con generoso maletero, con un cierto estatus, una longitud notable y el confort no diría que como objetivo, sino casi como obsesión. ¿Interesa más esta nueva carrocería que la ya existente? Pues depende. A igualdad de precio, si queréis mejor habitabilidad y un maletero de mayor capacidad, sí. Si tenéis la plaza de aparcamiento más corta y os mola la funcionalidad de la quinta puerta, pues evidentemente no.