Citroën AMI: el 'no' coche eléctrico

Al fin podemos ponernos al volante del Citroën AMI. Tiene cuatro ruedas, parece un coche, se conduce casi como un coche, pero no lo es. Se trata de un cuadriciclo 100% eléctrico o, como dice la firma, un objeto de movilidad. Está limitado a 45 km/h y solo tiene 7 CV de potencia, por eso es posible conducirlo con licencia AM a partir de los 15 años. Llega para compartir espacio con otros productos alternativos a los vehículos, como pueden ser los ciclomotores, motos, patinetes eléctricos, carsharing o motosharing. Se carga en un enchufe doméstico en apenas 3 horas y ofrece hasta 75 kilómetros de autonomía desde 6.900 euros. Es una de las novedades eléctricas de este 2020, un año cargado de lanzamientos tal como explicó Joan Dalmau en este artículo.

A veces, en este sector, tenemos la suerte de ser testigos del desarrollo de un proyecto. Algo que empieza como una propuesta, que en este caso sería un prototipo, y acaba convirtiéndose en realidad. Es interesante ver esa evolución y como las normativas, las homologaciones y la situación socioeconómica de cada momeno afecta al producto final. ¡y ojo, no estoy hablando solo de coches! es más esto de aquí no es un coche. Al Citroën AMI lo vimos primero en un salón como concept car, luego nos dirigimos al circuito de Paul Ricard para conducirlo cuando todavía era un prototipo y finalmente, antes de que llegara el maldito virus a Europa, estuvimos en su presentación internacional en París.

Como ya os hemos hablado mucho del AMI iremos al grano, os haré un repaso de sus detalles más importantes y, por fin, lo conduciré libremente. El objetivo principal de Citroën ha sido llamar la atención, de eso no hay duda. Es un microcoche de 2,41 metros de largo, 1,39 ancho y 1,52 de alto así que es más corto que un EQ ForTwo como el que probamos en Valencia pero... volvemos a cometer el error de compararlo con un coche. No lo es, es un cuadriciclo y como tal compite con otros de su especie. Es más, la idea de Citroën es que los padres preocupados por la seguridad de sus hijos puedan optar por él y no por una motocicleta o un ciclomotor. Otro dato, su peso neto es de 485 kilogramos así que os podéis imaginar la calidad de su carrocería.

Desde los primeros minutos con el AMI supimos que no íbamos a pasar desapercibidos. La gente se acercaba, móvil en mano, preguntando de qué tipo de vehículo se trataba. No es para menos, sus paneles simétricos lo convierten en un objeto muy curioso, que no sabes si viene o va. Este diseño creado por Kate Mouilleron, la diseñadora al mando del proyecto, nos ofrece todo un mundo de curiosidades. Empezando por la apertura de la puerta del conductor al revés. Como ambas puertas son las mismas, por un tema de costes, la apertura es tipo suicida. Además, desde el interior tendremos que tirar de unas cuertas al más puro estilo superdeportivo.

También destacan los espacios para guardar objetos o colgarlos, como el pomo frente al asiento del copiloto. Un asiento que es fijo y se encuentra retrasado. El del conductor, en cambio, es regulable y solo podremos encontrar nuestra posición modificando su profundidad, dado que el volante es fijo. No tenemos el típico maletero, ya que su tamaño no da para más, pero sí podremos guardar algunas bolsas tras este asiento. Tampoco pasan inadvertidos los módulos de colores del salpicadero, intercambiables, y las rejas de las puertas. El teléfono móvil será nuestra pantalla multifunción y podremos conectarlo a un altavoz, colocado frente al volante.

El objeto de movilidad Ikea

Todavía no tenemos precios oficiales para el mercado español, ya que se le espera para 2021. Nos podemos hacer una idea de lo que costará siguiendo lo marcado por nuestro país vecino, Fracia, donde ya han empezado a recibir pedidos. Su oferta comercial se estructura en función de los colores que le identifican, siendo el My AMI el modelo más básico. Luego están el AMI Orange, Khaki, Grey y Blue que añaden los elementos en el color que le da nombre y que eleva 400 euros el coste inicial. El paquete incluye el soporte para el móvil, las cajas de almacenamiento del salpicadero, el enganche para el bolso, la rejilla de las puertas, los stickers de las puertas y del pilar C y la decoración de las llantas. Y no creas que te vendrá así de la línea de producción, lo vas a tener que montar y decorar tu en el parking. Como si fuera un objeto de movilidad de Ikea.

Como versiones tope de gama están el My AMI POP, por 900 euros más, y My AMI Vibe, que cuesta 1.360 euros más. Le suman detalles de personalización como los airbump, molduras en color negro, stickers decorativos e incluso unas barras para el techo. En cuanto a su precio base, para la compra, rondará los 6.900 euros sin descuentos ni ayudas estatales. Si damos una entrada de 2.644 euros nos saldrá una cuota mensual de 19,99 euros pero también podremos conducirlo en la plataforma Free2Move por 0,26 €/km.

Por fin podemos ponernos al volante del Citroën AMI y lo haremos en la zona más complicada de Madrid, en pleno centro. Por suerte, gracias a su movilidad 100% eléctrica, no tendremos problemas ante los protocolos anticontaminación, zonas de aparcamiento o limitaciones varias. Tendremos que dar la llave y activar el pequeño propulsor eléctrico. La marcha se inicia mediante los botones situados en el lado izquierdo inferior del asiento del conductor, una zona cuanto menos curiosa. Ahí encontraremos también el punto muerto (N) y la marcha atrás (R).

Los primeros metros al volante del AMI son sorprendentes. Al tener tan poca carrocería, y una estructura tan liviana, se filtran todos los sonidos del exterior, tanto de rodadura como de ruido urbano. La insonorización no es su fuerte, como tampoco el confort de rodadura. Tiene unas suspensiones más bien duras, con asientos igual de resistentes. A cambio, ofrece una conducción fácil y sin complicaciones. No deberás preocuparte por ocupar más carril del que toca, girar sin rozar otro coche o ver todo lo que sucede a tu alrededor. Su amplia superfície acristalada ofrece, a su vez, un rango de visibilidad insuperable a día de hoy.

La colocación de las baterías entre los ejes hace que el Ami sea un modelo estable, pese a su reducido tamaño. La conducciónr recuerda a la de los primeros Smarts pero con una posición más cercana al suelo y relajada. Recordaros que se trata de una batería capaz de cargarse en un enchufe doméstico de 220 V en apenas 3 horas. También podríamos hacerlo en un cargador trifásico pero tardaríamos lo mismo.

La posición de conducción es muy cercana al suelo y el copiloto, que está más retrasado, tiene la sensación de viajar al margen del piloto. Es más, nuestro compañero Sergi lo comparó a ir en un autobus urbano. Sin embargo, los asientos no lo convierten en un objeto para compartir kilómetros juntos, son más bien duros.

Eso sí, tienes una sensación de aislamiento mínima pero mucha distancia desde el volante al frontal del AMI a causa de su amplio salpicadero. Eso sí, acabas haciéndote a él y entendiendo que no tiene voladizo alguno, de manera que no sufres por amorrarte con nada. Algo importante porque se trata de un objeto de movilidad y tiene que poder aparcarse en casi cualquier hueco. Yo, que no soy la más diestra en esto de aparcar, pude hacerlo a la primera y sin preocuparme de nada.

No es para menos, sus cotas y su radio de giro de 7,2 metros lo hacen más cercano a un lego que no a un coche. Además, no sufres por las ruedas de 14 pulgadas. Ideal para novatos excepto por la dureza de la dirección a velocidades bajas.

Su aceleración no es destacable, pese a ser eléctrico, pero suficiente para salir de los semáforos al ritmo del resto de vehículos. La seguridad fue tema de debate durante la presentación, no os lo vamos a negar. Una estructura tan ligera, homologada como cuadriciclo, no requiere de sistemas de seguridad como el Airbag o el ABS. La firma asegura que yendo a 45 km/h el impacto no puede ser muy grave pero claro, el resto de coches también debería ir a 45 km/h… En esto también debemos recordar que no es un coche y que un accidente en ciclomotor siempre tendrá peores consecuencias.

Es más, por mucho que insitamos en una conducción urbanita, donde veremos más al AMI será en pueblos de la periferia. Pongamos por caso que vives en una urbanización relativamente aislada y usas el vehículo para ir a comprar al pueblo o para que tu hijo vaya al colegio. En ese entorno, la limitación de velocidad será, en muchos casos, de 90 km/h. Vamos, un detalle a tener en cuenta siempre que queramos un cuadriciclo, sea el Ami o no.

Es complicado resolver esa pregunta a día de hoy. La movilidad urbana cambia constantemente y las ciudades se adaptan a las nuevas propuestas. Este cuadriciclo parece una muy buena opción para aquellos que ya tienen otros vehículos en casa. Familias que busquen algo sencillo, fácil de mantener y dispuesto a estacionarse en cualquier rincón. Al poderse cargar en un enchufe doméstico nos ahorramos la instalación de Wallbox en el parking y nos sentiremos más seguros al dejárselo a nuestros hijos. A día de hoy, otras marcas especializadas en este tipo de vehículos se alejan del precio del Citroën AMI que, pagando una entrada decente, costaría lo mismo que una cuota de nuestro smartphone.

No se conduce como un coche y no se siente como tal. Es algo completamente distinto, con sensaciones más precarias y un objetivo claro: ahorrar en costes de fabricación. De esa forma, conseguimos tener un objetivo de movilidad por menos de 7.000 euros en nuestro parking. ¿Existen motos más económicas? Por supuesto. Eso sí, no te cobijan del frío del invierno, la lluvia o el viento. Además, el riesgo de sufrir un accidente está ahí y las consecuencias serían muy distintas.