Estilo rácing
Hace ya más de tres años que Peugeot amplió la historia de su gama 200 (por la que han pasado el Peugeot 205, 206 o el 207, entre otros) con el lanzamiento del 208, un modelo que ha reforzado claramente su participación en el segmento de los compactos de menos de 4 metros de longitud. Aquí tenéis una videocomparativa con los principales protagonistas. Hace sólo unos meses que Peugeot decidió renovar algunos detalles estéticos de este utilitario y de paso mejorar su equipamiento acorde con la evolución tecnológica que experimenta el mundo del automóvil, sobre todo en lo referente a sistemas de seguridad y conectividad. En la presentación internacional del coche ya os informamos puntualmente de todo ello.
Una de las novedades destacadas de este último restyling del Peugeot 208, es el lanzamiento de un nuevo acabado, denominado GT Line, cargado de detalles estéticos interiores y exteriores que convierten al 208 en un coche todavía más atractivo. Es un acabado que se dirige principalmente al público más joven, más abierto a coches de pequeño tamaño con un estilo más deportivo.
Los Peugeot de la serie 200 siempre han tenido su reflejo en la competición, y el 208 no es una excepción. Esta versión GT Line expresa este carácter deportivo en numerosos detalles estéticos, aunque en realidad no tiene una preparación especial de chasis y motor. Para eso están el 208 GTI y sobre todo, el 208 GTI by Peugeot Sport. El 208 GT Line se posiciona por debajo de ellos en el listado de acabados pero siempre dentro de las versiones altas de gama, con un equipamiento muy completo. Es la versión que cubre las expectativas del público que busca un 208 más emocional sin tener que recurrir a las versiones más rácing con el doble de potencia, menos prácticas y económicas para el día a día.
Hemos probado el 208 GT Line con el nuevo motor 1.2 Puretech de gasolina que da 110 CV, asociado a un cambio manual de cinco velocidades, y en carrocería de tres puertas. Peugeot ofrece este acabado también en carrocería de cinco puertas o con motor diésel 1.6 BlueHdi, con 100 o 125 CV.
Sensaciones diferentes
¿Qué aporta el acabado GT Line respecto al resto? Pues pequeños detalles que conforman un conjunto que hacen que tengamos una percepción del coche diferente. En su exterior, por ejemplo, podéis ver que tiene una nueva parrilla, que ahora es más ancha, con su rejilla coloreada y decorada con un marco en color negro brillante. Los faros antiniebla, que en este restyling se han reposicionado más hacia los extremos del parachoques, se enmarcan con embellecedores en color negro brillante; las carcasas de los retrovisores también son en color negro, y en la parrilla, las aletas delanteras y el portón trasero podéis ver el logo GT Line que identifica a esta versión del 208 más personalizada.
Los detalles en negro brillante contrastan con el cromo de los marcos de las ventanillas o el de las salidas de escape. El 208 GT Line también viene de serie con unas llantas de aluminio de 17 pulgadas Caesium.
Esta decoración se lleva muy bien con todo lo que cambia en el reciente restyling efectuado por Peugeot a este modelo, que da al coche una apariencia de mayor anchura y un aspecto más deportivo.
El Peugeot 208 GT Line, aunque no llega al estilo del 208 GTI, sí que tiene un aspecto mas “Premium” en comparación con otros acabados inferiores del 208. Es un coche que cuenta con una buen atención al detalle. En el interior se instalan de serie asientos deportivos forrados en material sintético pero con el detalle del doble pespunte en color rojo. Este doble pespunte lo podemos ver en los reposabrazos de las puertas, el fuelle de la palanca del cambio y la palanca del freno de mano. Los ribetes en rojo también están presentes en los cinturones de seguridad o en el recubrimiento negro de los paneles de las puertas. Todo ello de forma similar a como se monta en el 208 GTi. Finalmente, esta versión cuenta con umbrales de las puertas con la marca Peugeot grabada, volante deportivo en cuero con la parte inferior achatada o los pedales también de aluminio.
En los pequeños detalles está el buen gusto, y hacen que la calidad percibida de este habitáculo sea alta, una sensación que rápidamente te llega una vez te pones al volante. El ya conocido i-cockpit genera una posición de conducción un tanto especial, marcada por un volante de diámetro muy reducido- que en este caso es además achatado- un cuadro de instrumentos en posición elevada y una pantalla táctil de 7” que facilita el acceso a la radio, el navegador, el teléfono, el ordenador de a bordo e Internet.
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Compatibilidad con smartphones
Precisamente la conectividad es uno de los puntos que Peugeot ha mejorado en el nuevo 208, y ahora se ofrece la función MirrorScreen, que permite duplicar la pantalla del Smartphone en la propia pantalla del coche. Eso sí, el Smartphone debe ser compatible con MirrorLink o Apple CarPlay. Esta pantalla ofrece un menú muy simple de accionar, aunque para mi gusto, con gráficos poco atractivos. Aunque siempre es preferible una interface así que no una más atractiva visualmente pero más compleja en su uso.
Hay un hueco bastante amplio justo debajo de los mandos del climatizador y otro para botellas en la consola central, detrás de la palanca de cambio. Por lo tanto, no tendréis problemas para colocar los objetos de los bolsillos antes de conducir, si soléis hacerlo. La sensación de espacio es buena, en parte influida por el diseño del salpicadero en varios volúmenes, que dan sensación de profundidad. La parte superior de este salpicadero está recubierta en un material que imita al carbono, y que contrasta con las molduras en color negro brillante. Como veis, el diseño de este salpicadero es complejo, pero resulta agradable desde el primer momento. Sólo es criticable la postura de conducción, forzada por el pequeño tamaño del volante. En todos los Peugeot 208, 308 y 3008 que he probado he tenido el mismo inconveniente: el aro del volante me impide ver con claridad el cuadro de instrumentos. Esto se soluciona teóricamente elevando la banqueta, pero entonces la postura de conducción, al menos en mi caso, es forzada, poco natural.
La ventaja del volante de pequeño diámetro es que genera un tacto de dirección más directo, se percibe menos desmultiplicado. Al efectuar los giros con menos recorrido de volante, las sensaciones deportivas se incrementan.
El Peugeot 208 siempre ha sido un coche que se nota ágil, muy vivo en los cambios de trayectoria. Y en esta sensación su excelente chasis tiene mucho que ver en ello. Este coche tiene un buen rodar en carretera, ya sea autopista o carretera de montaña. Está bien insonorizado, viene bien calzado con llantas de aleación de 17 pulgadas con neumáticos Michelin Pilot Exalto y se percibe aplomado y suficientemente cómodo para trayectos de media distancia.
Viajando de vacío la suspensión tiene reacciones un poco secas y la frenada se percibe un tanto brusca, aunque efectiva. Pero esto es aceptable teniendo en cuenta el tacto deportivo que se quiere transmitir. El motor sale bien desde bajas vueltas, para tratarse de un propulsor de gasolina de “sólo” 3 cilindros y 110 CV, más que suficientes para la masa que debe mover. Y estira hasta 5.500 vueltas con bastante rapidez, ayudado de un turbocompresor que, según la marca, es capaz de girar a 240.000 revoluciones por minuto. Dejando a un lado este dato anecdótico, lo cierto es que este motor ofrece una entrega de potencia y par muy lineal y suficientemente elástica para hacer placentera la conducción del coche.
Sería fácil criticar la falta de una sexta marcha, pero en este caso las cinco relaciones de su cambio manual se perciben bien escalonadas, con una quinta de largo desarrollo que beneficia un rodar suave y silencioso a alta velocidad y, de paso, un bajo consumo.
Este Peugeot 208 tiene un consumo razonable: en nuestra prueba gastó una media de 6,4 litros a los 100 km (4,5 l/100km es el oficial), con 7,7 l/100km en carretera de montaña a ritmo alegre como máximo y 5,6 l/100km. en autopista a velocidad de crucero. En ciudad el consumo se movía en torno a los 6l/100km.
Posicionamiento
El Peugeot 208 GT Line con este motor de gasolina de tres cilindros parte de un PVP de 17.080 euros. La unidad de prueba que veis en las fotos venía equipada con algunos sistemas de seguridad que se ofrecen como opción, como el Park Assist (450 euros) o el Navegador con el Paquete Connect (749 euros). Con este equipamiento y otros detalles de acabado, nuestro 208 se va a los 19.180 euros. Son más de 4.000 euros de diferencia respecto a lo que vale un 208 GTI sin opciones, aunque con éste tiene el doble de potencia. Es una diferencia significativa que hace lógica la alternativa de un 208 GT Line para aquellos que quieran una estética deportiva sin más, o un 208 más atractivo para el día a día. También es una alternativa al DS3 que monta el mismo motor Puretech de 110 CV, un poco más cara que lo que ofrece un Ford Fiesta 1.0 EcoBoost Sport de 125 CV, un Seat Ibiza SC FR de 110 CV y muy similar en precio a lo que cuesta un Volkswagen Polo 1.2 TSI de 90 CV o un Audi A1 1.0 TFSI de 95 CV en acabado Adrenalin, por ejemplo, lo que demuestra que parte de un equipamiento elevado que se hace valer, como es lógico.
Dos semanas y me dan uno como este en azul. Y me costó 15.000. Este 208 GT line