Entre los conductores, por lo general, existe poca percepción de riesgo por conducir con una iluminación deficiente. Y nada más lejos de la realidad, la iluminación forma parte del círculo de seguridad de un vehículo junto con los frenos, neumáticos, cinturones de seguridad y los airbags.
Es por este motivo que el estudio ‘¿Qué importancia damos a la iluminación del vehículo?’, realizado por Fesvial y Philips empieza por un dato impactante: 6.000 personas más perderán la vida los próximos 10 años en siniestros por iluminación deficiente si no se actúa desde la concienciación y el fomento de tecnologías más seguras. Entre sus propuestas está el cambiar las luces halógenas de los coches que las equipan por luces LED.
El riesgo de la visibilidad reducida
El estudio analiza los datos de accidentes de tráfico en los últimos cinco años con datos completos (2017-2021) producidos por una iluminación correcta, tanto del propio vehículo como por las circunstancias externas, ya sea por una escasa iluminación de la vía, condiciones climatológicas o deslumbramiento de otros vehículos.
Entre sus conclusiones destaca que uno de cada tres siniestros de tráfico se produce por circunstancias de visibilidad limitada o por iluminación deficiente (36,6%). Destacan los que ocurren con iluminación artificial de la vía, sin luz natural (16%), los que se producen sin iluminación de la vía, ni natural ni artificial (12,5%); y los que tienen lugar con meteorología adversa (10,2%).
¿Qué tipo de siniestros están aumentando?
Aunque el porcentaje de siniestros mortales se mantiene estable, hay dos circunstancias relacionadas con la visibilidad al volante que están provocando un aumento de los siniestros mortales: no usar el alumbrado reglamentario (que pasa del 1,7% en 2017 al 6,4% en 2021) o circular sin luz o deslumbrando (que crece del 1,9% al 3,2%).
Los autores del estudio señalan que “cabe esperar que la muy reciente habilitación legal para actualizar a tecnología LED el alumbrado del parque de vehículos con tecnología halógena de serie, tenga un impacto positivo en la reducción de siniestros y su gravedad”.
Circular sin luz, el mayor riesgo
Los siniestros más graves, con más fallecidos o heridos graves, son aquellos en los que no se usa el alumbrado reglamentario o se circula sin luz o deslumbrando. Cuando concurren esas circunstancias, la lesividad es más del doble que en el resto de los siniestros analizados. Usar una iluminación no reglamentaria conlleva una lesividad muy alta en caso de siniestro.
En el lado contrario están los accidentes ocasionados por meteorología adversa donde los datos reflejan un menor número de víctimas mortales, según los autores del estudio “porque en estas circunstancias aumenta el nivel de alerta de los conductores”.
Más siniestros en vías urbanas
Al comparar los datos de siniestros con visibilidad limitada por iluminación deficiente en vías urbanas e interurbanas se aprecia que hay más accidentes en las primeras (63,7%) que en las segundas (36,3%). Los ocasionan la iluminación artificial ()82,4%), meteorología adversa (82,4%) y por el mal uso del alumbrado (73,3%). ¿Los motivos de este mayor riesgo? Los podríamos buscar en que en ciudad hay más factores de riesgo, más elementos que pueden obstaculizar la circulación.
Por tipo de vehículos, los patinetes y bicicletas son los vehículos más implicados en siniestros en vías urbanas por no usar alumbrado reglamentario (37,2%) o por infracción del alumbrado (19,3%). Los turismos, por su parte, están muy implicados en siniestros con visibilidad restringida (83,6%) y muy poco en los siniestros por meteorología adversa (64%). Todo lo contrario a lo que sucede en el caso de los ciclomotores, donde la meteorología adversa concurre en el 61% de los siniestros y la visibilidad restringida en el 18,1%.
En las vías interurbanas, conducir sin iluminación es la mayor causa de siniestralidad. Además, los siniestros con mayor índice de mortalidad se producen en carreteras secundarias de calzada única donde concurre una visibilidad reducida por deslumbramiento (54,8%), el uso de alumbrado no reglamentario (55,6%) o un mal uso del alumbrado al circular sin luz o deslumbrando (54,8%).
Los peatones, los más afectados
Tanto peatones, conductores y pasajeros sufren las consecuencias de los siniestros por iluminación deficiente, pero especialmente los primeros. Cuatro de cada diez fallecidos con visibilidad reducida son peatones. También uno de cada tres fallecidos con iluminación artificial y uno de cada cuatro con meteorología adversa. Es importante caminar de noche con alguna prenda o elemento reflectante, especialmente, si la vía no cuenta con buena iluminación.
El perfil del usuario afectado por la visibilidad limitada en la conducción es un hombre (76,9% en los siniestros donde se usa mal el alumbrado, es decir, circular sin luz o deslumbrando) y menor de 25 años (58,2% de los casos).
Más riesgo en los vehículos más antiguos
Los vehículos más entrados en años son los que están más implicados en siniestros por no usar alumbrado reglamentario, siendo la edad media en estos casos de 12,57 años, una circunstancia que podría agravarse en los próximos años por el progresivo envejecimiento del parque.
El mal estado de la iluminación de algunos vehículos se refleja en los datos de la ITV. Uno de cada cuatro vehículos no pasa la ITV por problemas de iluminación. De hecho, el “alumbrado y señalización” es la categoría sobre la que más deficiencias se detectan en las ITVs, tanto leves como graves. La leves se mantienen más o menos estables en los últimos cinco años, mientras que las graves crecen.
Consejos para una mejor iluminación al volante
Los autores del estudio aportan un decálogo de consejos para reducir el número y gravedad de los siniestros debidos a una reducida visibilidad:
Realizar inspecciones visuales periódicas.
Reemplazar las lámparas por pares, de dos en dos.
Sustituir las lámparas por otras más potentes. Si tu coche lleva luz halógena, puedes cambiarla por luz tipo Led.
Mantener las luces encendidas durante el día si no se dispone de un sistema de luz diurna.
Revisar el estado de la batería, para evitar fallos en el sistema de iluminación y otros sistemas del coche.
Restaurar el cristal de los faros cuando esté deteriorado. Aquí te explicamos cómo pulir los faros.
Regular los faros para evitar una mala iluminación y deslumbramiento a otros usuarios.
Llevar lámparas homologadas.
Mantener los faros en buen estado (limpios, sin arañazos, sin roturas…).
Consultar siempre a un mecánico profesional.
Además, aquí te explico todas las claves para conducir con seguridad por la noche.
En este otro enlace analizo cómo han evolucionado los sistemas de iluminación del coche.
