Probamos uno de los SUV del segmento B con diseño más atractivo y chasis más deportivo, el Mazda CX-3. Contamos con la versión de entrada a la gama, con el motor gasolina 2 litros de 121 CV. En su acabado base apenas cuesta 20.645 euros lo que todavía lo hace más interesante.
Si queremos optar por la tracción integral deberemos seleccionar el motor de 150 CV, también gasolina y con la misma cilindrada de 2 litros. La motorización diésel de 1,8 litros y 115 CV también puede ser 4X4. Existe la opción del cambio automático y cuatro son los niveles de acabado: Origin, Evolution, Evolution Design y Zenith.
Diseño acertado
Ya lo reza el dicho: “Cuando algo funciona, no lo toques”. Este restyling del CX-3 apenas cambia con respecto al modelo que Mazda lanzó en 2015. Sus líneas ya eran atractivas con lo que se mantiene prácticamente inalterado.
La altura libre al suelo de su carrocería es 12 mm superior a la del Mazda 2, luce un kit de carrocería con protecciones en plástico de color negro y equipa llantas de gran diámetro. Vamos, el A, B, C de todo SUV.
En líneas generales presenta un diseño de marcado carácter deportivo. Gran calandra frontal, marcadas líneas de tensión en los paneles laterales de carrocería y llantas de gran formato.
Echando un simple vistazo parece más pequeño de lo que en realidad es. Mide 4,2 metros de largo, 1,72 metros de ancho y 1,53 metros de alto. La distancia entre ejes queda en 2,57 metros. Sobre la báscula declara 1.230 kilos.
Sólo el ojo más experto sabrá distinguir al nuevo CX-3 del modelo que había hasta ahora en los concesionarios. La parte interior de la calandra presenta un nuevo diseño de lamas horizontales. A ambos lados vemos los faros Full LED.
Las protecciones de la zona baja del parachoques han sido ligeramente modificadas. Con este motor de 121 CV de serie equipa llantas de 16” pero esta unidad ha sido configurada con las 18” opcionales. En la trasera destacan los pilotos LED, la cámara de visión y los sensores de aparcamiento.
La única pega que le encuentro es que tiene un voladizo delantero largo y con una altura libre al suelo justa. Según la rampa de parking o bien el tipo de bordillo al que queramos subir, el morro puede llegar a tocar al suelo.
Deportivo también en el interior
Esta unidad equipa la tapicería en cuero y tela opcional, de serie es de tela y existe una segunda opción únicamente en cuero. Sus asientos son cómodos, con una base que recoge bien y unos respaldos de mullido agradable. La columna de dirección es regulable tanto en altura como en profundidad.
Con este restyling pierde la palanca del freno de mano tradicional, ahora recurre a un freno de estacionamiento electro-hidráulico accionado por un botón. Una solución que se puede que permite disfrutar de un sistema tipo auto-hold y que mejora el número de huecos en el túnel central.
Aquí mismo tenemos el mando giratorio para controlar el sistema multimedia, una ubicación ideal a la hora de usarlo en marcha. Su pantalla de 7” es táctil de serie, pero queda tan alejada que es más cómodo usar el mando giratorio del túnel central.
Con esta puesta al día el CX-3 recibe Android Auto y Apple CarPlay. Mediante sus dos tomas USB puedes seguir usando tu Smartphone a través del sistema multimedia Mazda. Es interesante saber que esta opción se puede instalar a modo de retrofit a los CX-3 que se han comercializado hasta la fecha.
La segunda fila es amplia para un coche de estas características. Con destacable espacio tanto para las piernas como a la altura de la cabeza. Incluso presenta un reposabrazos central con posavasos integrado.
Con 350 litros su maletero en configuración 5 plazas brinda un volumen de carga próximo al de turismos compactos del segmento superior. Cuando necesitemos más espacio de carga podremos abatir los respaldos de la segunda fila hasta lograr 1.260 litros.
Para comprobar la capacidad real del espacio de carga medí las distintas cotas de su maletero. En configuración 5 plazas ofrece 76 centímetros de longitud, 99,5 centímetros de anchura, 54 centímetros de altura a bandeja y 78,8 centíemtros de altura a techo.
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Sin los asientos traseros llega hasta 146,5 centímetros de longitud, 140 centímetros de anchura y 73,5 centímetros de altura libre al techo, esta última cota en la zona de acceso a través de las puertas traseras.
121 voluntariosos caballos
La gama de motores del CX-3 la conforman dos 4 cilindros, 2 litros, atmosféricos de gasolina con 121 y 150 CV y un 1.8 turbo-diésel de 115 CV. El primero sólo puede ser tracción delantera, mientras que el gasolina más potente sólo tracción integral. Por último, el diésel podemos configurarlo tanto con tracción delantera como integral.
Esta es la versión menos potente del 2 litros gasolina. Declara 121 CV a 6.000 rpm y 206 Nm a 2.800 rpm. Una mecánica con cierta alegría y ganas de subir de vueltas, muy en la línea de los propulsores atmosféricos a los que nos tiene acostumbrados Mazda.
No solo se estira, sino que además ofrece una cierta musicalidad. Sobre el papel anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en 9 segundos y una velocidad punta de 192 km/h. Da la sensación de que anda incluso más.
El consumo declarado es de 6,2 l/100 km, en la prueba, contando con bastantes recorridos urbanos se ha situado en torno a los 7,6 l/100 km.
De serie monta una caja de cambios manual de 6 relaciones. Una caja ideal para hacer disfrutar a los que nos gusta conducir. Buenos escalonamientos de marcha, y una palanca en el sitio adecuado con recorridos cortos y precisos. No hay otro SUV de segmento B con un cambio igual.
Ahora bien, si vas a conducirlo a diario y sabes que te tocará pasar bastante tiempo entre atascos, merece la pena pensar en la opción de la caja automática, también de seis velocidades.
Este es de esos coches que hasta que no lo pruebas ni te imaginas de lo que es capaz. Por lo general los SUV de segmento B no suelen transmitir grandes sensaciones al volante. El Mazda CX-3 sí.
Es increíble lo bien que va el chasis de este CX-3. Parece mentira que pueda ser tan efectivo en carretera secundaria. Llega a ofrecer un tacto casi de compacto deportivo de segmento superior, de segmento C.
El equipo de suspensión hace que sea confortable, siempre y cuando el firme esté en perfecto estado. Con asfalto roto rebota en exceso, copiando, una tras otra todas las irregularidades del firme. Tanto las llantas de 18” como que el chasis sea tan deportivo influyen claro está. No se puede tener todo.
La dirección tiene un tacto exquisito. Comunica en todo momento lo que ocurre en el tren delantero y al mismo tiempo ofrece una gran precisión en el guiado. Los neumáticos Toyo Proxes R40 son eficaces sobre asfalto seco. Sin embargo, en mojado no brillan tanto.
El equipo de frenos formado por discos de 295 mm en el tren delantero y 281 mm en el trasero permite modular con precisión las deceleraciones. Además, aguanta bastante bien un uso intensivo.
En resumidas cuentas
Tanto cuando asistí a la presentación internacional del CX-3 a mediados de septiembre en Málaga como ahora he quedado gratamente sorprendido por la eficacia de su chasis. Pocos SUV de este tamaño ofrecen un comportamiento dinámico similar.
Si tuviese que optar por un SUV de este segmento lo tendría claro. Un CX-3 con el motor 2 litros gasolina de 121 CV. Me gusta por diseño, por el tacto general del coche y por la alegría que aporta su motor atmosférico. Encima tiene un precio contenido y va muy equipado.
He probado este coche y por dinámica pocos de su segmento lo superan. Yo en particular me gusta más el equilibrado Volkswagen T-roc aunque sale un poco más caro.
En gustos no hay nada escrito , personalmente pienso que este CX-3 le da un buen repaso en diseño al T-ROC...y he visto a ambos en el conce...para mi gusto mucho mas elegante el Mazda.