Ferrari 458 Spider: Una fiera al aire libre

La firma de Maranello es especialista en muchos aspectos pero, sin duda, uno de ellos es el de asombrar. Si no hace mucho sorprendió a todos con la incorporación del primer modelo de su gama con tracción integral, con el 458 Spider marca un hito en el segmento cabrio. Y es que se trata del primer descapotable de la historia con motor central trasero que monta techo duro retráctil. Gracias a esta innovación, excelentemente conseguida, el automóvil italiano permite pasar de una preciosa silueta de verdadero superdeportivo coupé a la de coupé cabrio en sólo catorce segundos. Aparte de esta novedad, sus entrañas dirigidas por un V8 de 570 CV y su dinámica de infarto le otorgan el sello de vehículo "gourmet". Sí, es un capricho para carteras privilegiadas. De hecho, sólo para aquellas que permitan desembolsar un mínimo de 250.881 euros en un automóvil (con opcionales, nuestra unidad de pruebas sube hasta los 326.327 euros). Pero es que las sensaciones que es capaz de transmitir esta joya del diseño y la mecánica pueden llegar a agotar los calificativos. Algunos de sus rivales más directos en este privilegiado segmento son el Lamborghini Gallardo LP 570-4 Spyder Performante y el Porsche 911 Turbo S Cabrio.

Agradecimiento al Circuito Parcmotor de Castellolí

Es materialmente imposible dominar la vista cuando vemos pasar ante nosotros un 458 Spider. Por eso, es recomendable que el conductor no tenga mucho ahínco en pasar desapercibido. Y es que la espectacular belleza de este superdeportivo está al mismo nivel que su capacidad para imantar miradas. Por otro lado, con el modelo que tenemos entre manos, Ferrari ha logrado lo que nadie había consumado hasta la fecha. Estamos ante el primer descapotable de la historia con motor central trasero que cuenta con techo duro retráctil.

Los diseñadores de la firma italiana han desarrollado este proceso de modo que el techo quede plegado delante del vano motor, con tal de que su ubicación no influya en la aerodinámica del vehículo. Para completar esta operación se necesitan sólo catorce segundos, aunque cabe remarcar que no puede plegarse con el vehículo en marcha. Este techo está fabricado íntegramente de aluminio y, aunque parezca extraño, es más ligero que si estuviese confeccionado de lona.

Su integración ha venido acompañada de algunas novedades aerodinámicas, además del nuevo diseño de las entradas de aire de refrigeración para los radiadores y la transmisión, y el traslado de las tomas de admisión a la zona trasera. De esta forma, se ha conseguido incorporar el nuevo techo duro sin sacrificar prestaciones ni comportamiento dinámico.

El 458 Spider tiene una longitud de 4,53 metros, mientras que su anchura es de 1,94 m y su altura, de 1,21 m. Ésta última cota es la única que varía de forma testimonial con respecto al 458 Italia, su homólogo con carrocería coupé, pues esta versión descapotable es un par de milímetros más baja.

Dentro del habitáculo, pocas son las diferencias que le distancian del 458 Italia. Ocupar el baquet del puesto de mando nos transporta a un escenario inspirado en un monoplaza de Fórmula 1. Ello sucede desde el momento en que agarramos por primera vez el volante y percibimos que integra, entre otros mandos, un dial giratorio (o manettino, según la denominación de Ferrari) en el lado derecho que permite variar entre los modos de conducción Sport, Race y Wet, así como desconectar las ayudas electrónicas. También ubica las levas del cambio automático.

Pese a que el espacio destinado al equipaje en un principio no tiende a ser una de las prioridades en vehículos de esta naturaleza, en el caso del 458 Spider este aspecto se resuelve de forma muy oportuna. Teniendo en cuenta la ubicación trasera del motor, el maletero se halla bajo el capó delantero. Pero además de este espacio, también existe otra pequeña zona de almacenamiento detrás de los asientos fruto del concienzudo diseño del área en la que se pliega el techo.

La utilización de materiales de máxima calidad acentúa la sensación de exclusividad que se respira en este Ferrari. Asimismo, la inmensa lista de opcionales hace posible personalizar este tesoro italiano hasta poder convertir cada unidad en una creación casi única. Entre otros muchos elementos y materiales, se pueden instalar asientos a medida, incorporar moqueta en Alcántara, tapicería de cuero para el techo, recubrimientos de carbono para la zona del conductor, para el túnel central y para los umbrales de las puertas, además de diversos recubrimientos interiores de Alutex.

Llega la hora de abordar una de las joyas de la corona del 458 Spider, su brutal mecánica. El V8 de 4.5 litros de cilindrada que da alas al superdeportivo italiano entrega una potencia que quita el hipo. Nada menos que 570 CV se encargan de proporcionar una salvaje respuesta sólo con "rozar" el acelerador, dejando claro por qué se trata de uno de esos automóviles de ensueño capaces de transmitir toneladas de emociones al volante. Este motor central trasero entrega un par motor de 540 Nm a 6.000 rpm y es capaz de llevarnos hasta límites insospechados en cuestión de sensaciones.

No obstante, los límites de velocidad en nuestras carreteras son los que son y, por ello, toca llevarlo allá donde podamos exprimir todo el jugo a un vehículo de estas características; el circuito Parcmotor de Castellolí. Una vez aquí, lo primero es lo primero. Nos referimos a la aceleración. Para vivir cómo el más de medio centenar de caballos "salen disparados" hacia adelante sólo hay que hundir el acelerador desde parado. Sólo así comprobaremos que incluso antes de que acabemos de respirar hondo, la aguja ya habrá tocado los 100 km/h. Hablamos de 3,4 segundos, para ser exactos.

¿Y cuál es su límite? Por la longitud de recta no llegamos a evidenciarlo en primera persona, pero esta bestia es capaz de ponerse a una velocidad punta de nada menos que 320 km/h. Y todo ello sin dejar de escuchar una verdadera sinfonía mecánica que sólo un Ferrari es capaz de interpretar. Mientras tanto, la sublime transmisión F1 automática de doble embrague asociada al bloque cuenta con siete velocidades y envía la fuerza del motor a las ruedas con una extraordinaria rapidez, muy por encima de la mayoría de cajas de doble embrague convencionales.

Una mecánica de la categoría y potencia que manejamos da lugar, como es obvio, a un consumo poco discreto. Si bien la marca del Cavallino Rampante ofrece una media homologada de 11,8 litros cada 100 km, la media real difícilmente baja de los 13,5 litros. Por otro lado, teniendo en cuenta que buena parte de nuestra prueba tuvo lugar en circuito, los valores medios fueron por momentos bastante superiores, incluso por encima de los 20 litros. Nada insalvable para quien pueda invertir los más de 300.000 euros que cuesta la unidad que probamos.

Los primeros kilómetros de nuestra prueba al volante del 458 Spider fueron por ciudad. Como es evidente, no se trata de un coche pensado para ratonear entre calles estrechas. Por eso, enseguida decidimos salir de la urbe para comprobar sus verdaderas capacidades. De un deportivo de facultades dinámicas tan excepcionales podríamos esperarnos una suspensión de gran firmeza que, al pasar sobre pequeñas irregularidades de la calzada, recordara a nuestra espalda que no conducimos un confortable familiar.

Pero hasta en eso sorprende este Ferrari. Y es que da la cara cuando preferimos una conducción tranquila, pues nos brinda un excelente confort de marcha poco usual en automóviles concebidos en clave racing. Vayamos ahora al otro lado de la balanza y valoremos cómo se comporta en movimiento por el anteriormente citado circuito. La sensación de agarre desde un primer momento es impresionante, lo que anima a incrementar progresivamente el ritmo. Únicamente así descubrimos que es capaz de trazar a velocidad de vértigo generando la impresión de viajar "sobre raíles", rodando literalmente pegados al firme.

Para lograrlo, un excelso proceso orquestado por la suspensión adaptable, la eficacia del diferencial electrónico Diff3-E y la supervisión del control de tracción F1 Track, genera una sensación de estabilidad sin parangón. Por su parte, la dirección roza la perfección absoluta, aportando su granito de arena para que incluso durante la conducción a ritmo frenético el conductor mantenga el automóvil bajo control. Como es de esperar, la electrónica puede desconectarse, pero "domar" al cabrio de Maranello en estas circunstancias y a ritmos vivos requiere experiencia al volante de especímenes de pura raza.

En el terreno de la seguridad, el automóvil italiano cuenta con airbarg de conductor y acompañante, airbag lateral delantero, ASR y ABS. Los controles de estabilidad y tracción trabajan de forma conjunta con el evolucionado diferencial electrónico Diff3-E comentado anteriormente, asegurando una inmensa motricidad incluso en circunstancias meteorológicas adversas. Mientras tanto, el sistema de frenos cerámicos no sólo se caracteriza por una extraordinaria efectividad sino que además soporta a la perfección su uso intenso durante la conducción deportiva. El cabrio de Ferrari también dispone del sistema de absorción de choque llamado MagneRide.

Muy pocos automóviles son capaces de transmitir al conductor las emociones que brinda un Ferrari. En este caso, la conjunción del furioso 4.5 V8 de 570 CV con una dinámica que hace rodar al vehículo "adherido" al suelo casi sin importarle la velocidad a la que circule, es su baza fundamental. Y si, encima, puede disfrutarse de todo ello a la vez que la brisa y el sol tocan nuestra cara, la combinación se torna francamente irresistible. Y es que, después de conducir el 458 Spider, siempre queda una sensación similar a la de cuando te bajas de una montaña rusa... Siempre quieres repetir. Lo único es que esta "montaña rusa" ha de estar respaldada por una cuenta bancaria poco humilde.